domingo, 16 de mayo de 2010

Leed a los poetas.

            Los cristianos acostumbran a decir que Dios es vida; ¿puede herirnos la vida? ¿Acaso puede destrozarnos Dios? Decía el inigualable don Rafael Sánchez Ferlosio que la discusión sobre la existencia de Dios sólo era una manera de disimular una disputa más grave, la de su bondad; porque ése es el verdadero problema. Dostoyeski lo vivió.  Nietzsche lo supo. Camus, también. Y tengo para mí que todos los poetas han llorado delante de estas preguntas. Leed a Dámaso; leed a Rosales; leed a Celan, a Trakl o a Ungaretti; leed a Rilke o a don Antonio Machado; leed a San Juan de la Cruz… y escuchad a J. S. Bach.

            Shalom.

No hay comentarios: