lunes, 10 de noviembre de 2008

Poesía: Alda Merini

DE NUEVO ADMIRABLE ALDA MERINI
Es posible que debiera empezar disculpándome por la tardanza en renovar esta gacetilla en la que hablo de algunos libros. Tengo la esperanza -no hay esperanza sin espera, aunque haya esperas sin esperanza- de que en algunas semanas seré capaz, si las circunstancias dolorosas de la vida me dan un respiro, de regularizar los comentarios.

Realmente traigo hoy un libro precioso: se ha publicado de la gran poeta italiana Alda Merini, Cuerpo de amor. Un encuentro con Jesús, Barcelona, Ed. Vaso Roto, 2008. La traducción, magnífica, es de Jannette L. Clariond.


No obstante, antes de hablar del libro, quiero referirme a las dificultades para conseguirlo. Conocía yo a la poeta italiana por otras dos obras, publicadas en Pretextos y en la Editorial La Poesía, Señor Hidalgo. Ambas editoriales tienen una distribución aceptable y no fue para nada difícil hacerse con los poemarios. De hecho, La Tierra Santa llegó a mis manos por casualidad: lo encontré en los anaqueles de una librería y, después de leer un par de poemas, lo compré. Desde aquel momento presté atención al nombre de Alda Merini y, como acostumbro, intento adquirir todo lo que la autora publica.


En un suplemento cultural leí una reseña -de la que prefiero no hablar- de Cuerpo de amor y he aquí que de inmediato me lancé a buscarlo en varias librerías de mi ciudad. Soy tenaz buscando en librerías; incluso pedí un favor a una amiga librera: todo para nada, porque la editorial Vaso Roto no tiene, que se sepa, distribuidor en la Heroica Ciudad. Debo hacer notar que incluso una cadena nacional de librerías no tenía ningún volumen del sello editorial en el que se ha publicado el último poemario de Alda Merini. Finalmente, una maravillosa amiga consiguió comprar el poemario a través de interné y me lo regaló, algo por lo que le estaré eternamente agradecido.


Si he contado esto porque es verdaderamente una pena que un libro tan hermoso sea tan difícil de conseguir. Lógicamente, algún avispado me dirá que para esto sirve la Red mundial (en la que somos pescados); sin embargo, es otoñalmente triste no poder tocar las hojas de un libro y acabar conformándose con una imagen en la pantalla del ordenador.


Tomemos el rumbo de Cuerpo de amor. Se trata de un maravilloso poemario en el que Alda Merini excava en los pozos de su ser. En efecto, se trata de una poemario profundamente religioso y, como digo siempre, no por el tema (alguno diría: “también”), sino sobre todo por el tratamiento: la experiencia personal del encuentro es abordada en la profundidad humana del sufrimiento y la alegría, del espanto y de la maravilla: Jesús fue una gran catástrofe al acercarnos los unos a los otros.


Incluso en el sinsentido Merino escribe el sentido -algo que me ha recordado al filósofo polaco Kolakoswski, que preguntaba cómo sería capaces de percibir el sinsentido si no hubiese un sentido sobre el que se recortase.


Nada hay en la experiencia de este poemario que no sea íntimamente personal y, por lo mismo, universal. Alguien ha dicho -supongo que con total conocimiento de causa, aunque un total conocimiento es imposible y el que lo pretende sólo muestra su desconocimiento- que en este poemario hay elementos gnósticos -¿acaso un supuesto desprecio del cuerpo? Pero semejante idea sólo se le puede ocurrir a alguien que no haya entendido el poemario, porque en absoluto hay desprecio del cuerpo, sino todo lo contrario; algo que es profundamente cristiano porque sólo la fe cristiana afirma que Dios mismo, en la persona de la Palabra, se ha hecho carne. El cristianismo es una religión eminentemente carnal, que afirma la resurrección de la carne. Claro que cada vez hay más incultura religiosa y se desconoce incluso la que debiera ser la propia tradición religiosa.


Alda Merini nos deja algunos pensamientos realmente profundos en una prosa altamente poética: Mas yo no sé qué es la variación de la sangre, ni el color rojo del martirio, y pienso que todos los enamorados son mártires, todos los enamorados lo son en Cristo, todos los enamorados lo son en Dios.

CODA
Espero que mi maravillosa amiga se haya dado cuenta.
Gracias a EGO por la preocupación que manifiesta. Espero poder escribir algo expresamente para él muy próximamento.