domingo, 7 de marzo de 2010

Una novela sin imaginación. Ron Currie


PERO ¿ERA UNA NOVELA O UN VIDEOJUEGO?

He terminado de leer la novela de Ron Currie, Dios ha muerto, Barcelona, Ed. Seix Barral , 2010. No sé muy bien cómo enfocar el comentario. Sin duda, será un éxito editorial y acabarán haciéndose varias ediciones del libro; pero... Es poco probable, aunque no imposible, que el joven Ron Currie, nacido en Waterville en 1975, lea algo de lo que yo escriba sobre él. Con este presupuesto me dispongo a echar unas gotas de hiel sobre una novela cuyo argumento prometía mucho, pero que decepciona profundamente. Se puede reducir a lo siguiente: Dios aparece en el mundo encarnado en el cuerpo de una joven dinka (perseguida a muerte por los musulmanes yanyauid*). La joven dinka, llamada Sora, llega a un campo de refugiados en el que encuentra la protección de Collin Powell. Sora desea, supuestamente, encontrar a su hermano. Cuando los americanos dejan el campo de refugiados**, el destino de Dios se cumple: muere y unos perros devoran parte de su cuerpo. Los animales, dotados de una especie de clarividencia, comunican telepáticamente la noticia al mundo. Los diferentes capítulos narran las supuestas reacciones y cómo queda el mundo tras la muerte de Dios. Pueden leerse de manera aislada, pues casi no tienen relación (el caso del soldado Arnold parece diferente, pues aparece en dos capítulos, aunque el nexo de unión es sólo verbal). Ése es el motivo de que la novela se lea con rapidez y no canse, aunque aburra por lo superficial de los planteamiento. Bueno, al fin y a la postre es un joven escritor...

La crítica, según aparece en la solapa de la novela, ha sido unánime. Reproduciré algunos comentarios advirtiendo que los paréntesis son míos y que sólo por ellos reproduzco los comentarios y no porque esté de acuerdo con las opiniones que en ellos se vierten. USA today: “Despierta verdadera admiración” (que un libro así acabe convertido en un éxito editorial. Esto nos informa del nivel cultural medio y de la importancia de una buena distribución). The Times: “Un libro provocador difícil de olvidar” (porque se podría haber empleado el tiempo en repasar a Nietzsche o a Camus con mucho más provecho y disfrute). McSweeney´s: “Se gana un lugar dentro de ti y no deja de rondarte durante días, incluso semanas” (si no sabes nada de literatura y un sapo carnívoro te ha comido el cerebro). The Spectator: “Provocadora, sorprendente y divertida” (si estuviese bien escrita y se hubiese tomado la molestia de usar la imaginación en vez de inspirarse en los videojuegos). No quiero seguir; pero espero por el bien de la crítica norteamericana que los recortes de la solapa estén sacados de contexto, pues de lo contrario no se explican las afirmaciones. No puedo creer que alguien con sentido común, cultura y gusto literario afirme compare al autor con Orwell o Huxley (Bookpage). Que se diga que es casi milagrosa anima a comentar algún disparate, pero tampoco diré que lo milagroso es que una novela tan simple merezca esos elogios***.

Dios ha muerto: la frase se encuentra en un hermoso himno luterano que estremeció a Hegel y que llevó a Nietzsche a escribir algunas de las páginas más desgarradoras de la historia—léase el discurso del loco que buscaba a Dios con una lámpara encendida en la claridad del mediodía y que, precisamente, arrancó una gran carcajada de los que allí estaban reunidos y no creían ya en Dios. Un tema, si puede llamarse así, tan deslumbrante merecería otra novela. Nuestro Jardiel Poncela escribió La tournée de Dios (adelantándose estructuralmente a Rayuela, conste) y también se vio superado por el tema, pese a su maravilloso y más profundo sentido del humor. El nihilismo no es nada de lo que se describe en la novelita. Los personajes parecen sacados de un videojuego: planos, sin profundidas y con movimiento de autómatas alienados. Quiero ser bueno y pensar que el autor ha intentado de una forma parabólica describir la sociedad norteamericana; pero sin duda me equivoco.

Currie pretende (¡ojalá me equivocase!) describir cómo sería una sociedad tras la muerte de Dios... Hay algunos errores de bulto (por ejemplo, los perros acuden a un musulmán, que jamás daría crédito aunque fuese ateo, a una supuesta encarnación de Dios) que pueden resultar hasta divertidos; pero son cosas menores. Currie está ciego y no ve el nihilismo real que tiene ya delante de los ojos: para describir una sociedad sin Dios bastaría pensar en las dominadas por el capitalismo tardío; pues el nihilismo real es esa nada que nos invade inmovilizándonos—la idiotez del todo es opinable, las matanzas en los institutos, los fundamentalismos religiosos pero también los políticos, la pasividad mundial ante los miles muertos de hambre... El nihilismo jamás será una cosa llamativa, sino más bien aburrida. Currie ha convertido en una bagatela un problema crucial y, para colmo, con muy poco sentido del humor. El nihilismo es poner a Cervantes a la altura de cualquier patán que hace libros como churros o que empieza sus novelas diciéndonos, entusiasmado, que la estrella Polar está en su lugar (¡todo un descubrimiento!); el nihilismo es ser indiferente ante el desprecio por la dignidad humana, aceptar que los gritos de un descerebrado están al mismo nivel que una cantata de Bach..., pero no será bueno que siga por este camino.

No, no se trata de una novela fallida, porque quizás no es ni una novela. Es algo escrito a partir de una frase, pero sin imaginación. ¿Guerras? ¿Asesinatos? ¿Gente que adora a sus hijos? Podría valer como una parodia de nuestra sociedad si la privásemos de su premisa, salvo que ésta se haya usado sólo como parte de la técnica de ventas. Sin embargo, Dios ha muerto acabará siendo un éxito editorial; pero esto sólo expresa lo que hoy significan los éxitos editoriales.

*Cabe decir aquí algo en honor del autor: al menos ha visto la persecución por parte de los sometidos (en árabe: musulmanes) que sufren tanto los cristianos como aquellos que mantienen las religiones tradicionales. Las masacres de cristianos y otros grupos a manos de los islamistas apenas encuentran eco en la prensa occidental, porque no sería políticamente correcto hablar del tema. Sin embargo, en Pakistán, Arabia, Afganistán, Sudán, Etiopía, Egipto... los cristianos lo pasan realmente mal y son perseguidos con saña por una Sumisión (en árabe: Islam) que destruye todo lo que no es idéntico consigo mismo. ¿Cuántos cristianos quedan en Iraq o en Líbano? Podríamos recordar también la persecución que han sufrido los budistas en algunas zonas de Asia por no hablar de los problemas del Estado de Israel...

**Los norteamericanos siempre haciendo su bien como tan lúcidamente viera Graham Greene en El americano impasible.

***Quizás la crítica profesional es desde hace mucho tiempo pura mercadotecnia.

Shalom.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es usted muy ingenioso, podría dedicarse a escribir.

Anónimo dijo...

Es usted muy ingenioso, podría dedicarse a escribir.

Anónimo dijo...

Gracias por la información sobre esta cosa llamada DIOS HA MUERTO. Una menos que leerme.
Fdo.: Manuel Salado
http://manuelsaladoperez.com

Anónimo dijo...

No puede estar mas en desacuerdo con usted. El libre no es un super libro pero no es tan malo como usted lo pinta. Algunas de las historias como, "mi hermano el asesiso" son buenas y te mantienen pegado al libro hasta que acabe. Me gusta el enfoque que le da el autor a como llevaria el ser humano vivir sin Dios. Tner que plantearse que hacemos? Que esta bien y mal? sino tenemos un Dios que nos lo diga.
Libro entretenido que se lee en dos dias.