domingo, 30 de agosto de 2009

Remordimientos

EL FIN DEL VERANO

Un libro ¿es un náufrago? Quiero decir, ¿es lícito abandonarlo? No me refiero la costumbre de ir dejando libros por ahí para que otros lo lean, sino al abandono de su lectura. Dejar morir el libro por inanición: el lector se abstiene en el desempeño de su oficio. Siempre tendremos dos versiones, como mínimo: la del lector y la del libro. Éste permanecerá en silencio si lo abandonan; a lo sumo, su presencia en el anaquel o sobre la mesa, porque los libros abandonados tarden mucho en acabar en las estanterías, creará una sensación de malestar y frustración. El lector enunciará las razones de su decisión como un amante despechado, pues el libro prometía más y, ya ves, después de un tiempo no he podido seguir con él: ¿quién abandona a quién?

El verano ha sido siempre la estación de las grandes sagas: Los miserables, Guerra y Paz, Rojo y Negro, La novela de Genji... A principios de este estío, cuando todavía los riachuelos llevaban un hilillo de agua, me las prometí felices: había decidido leer una gran saga en tres gruesos volúmenes cuyo título era un acierto así como las portadas. De hecho las ciento cincuenta primeras páginas las devoré, pero al llegar un poco más adelante me estanqué. Soy de ese tipo de lector que si deja un libro más de dos días—salvo que yo haya caído enfermo—, difícilmente vuelve a cogerlo; pero en mi defensa diré que no es mi costumbre dejar un libro más de dos días. Sin embargo, he dejado ese libro en tres volúmenes que me prometía disfrutar de la lectura... La culpa no es de la obra, sino posiblemente de mi convulsa, como la tierra, situación personal. Volveré sobre el abandonado libro, pero no lo haré el próximo verano, sino antes. Está ahí, sobre una mesa auxiliar, esperándome.

Durante años antes de acostarme siempre escuchaba Here comes the sun. Es una canción hermosa, mucho, ¡y de George Harrison! Harvey Cox, que fue un niño terrible en Harvard, narra una hermosa anécdota con la canción. La he encontrado interpretada por Yo Yo Ma. La dejo aquí, al final del verano.

Shalom.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, empezé a leer su blog hace algún tiempo, le digo que me interesan sus valoraciones de autor y obra, por consiguiente divisé unas de las primeras novelas que presentó, la cometa dodrada.
Ya sé que este comentario es un poco pobre e ilógico. Siga escribiendo.