YA ES UNA CONVERSACIÓN...
Bueno, me parece que no te falta para nada el don de palabra; pero te equivocas al suponer que yo lo poseo y más aún si supones que tengo más formación que tú. Aclarado esto, lo que dices que me parece acertado en todo: nuestra cultura, nuestra sensibilidad, nuestra historia... todo eso nos hace ver la realidad como la vemos y hasta diría que no podemos verla de forma diferente porque siempre seguimos siendo nosotros mismos. Recuerdo haber leído en alguna parte (así citaban los antiguos) que unos antropólogos británicos fueron a filmar la vida de una tribu africana que no había tenido apenas contacto con los occidentales. La grabación se hizo; se revelaron las películas y reunieron, finalmente, a los miembros de la tribu para proyectar la película. Los ingleses esperaban, supongo, ver las caras de admiración de aquellas personas al verse sobre un lienzo blanco. Pues bien, la película duró unos diez minutos después de los cuales los antropólogos procedieron a preguntar qué habían visto. Todos los miembros coincidieron: “Una gallina”. Lógicamente, nuestros antropólogos británicos se sorprendieron: “No sale ninguna gallina en la película”; pero como los otros insistían, la visionaron detenidamente y encontraron que, en efecto, durante cuatro segundos en la esquina inferior derecha aparecía una gallina. Si non è vero, è ben trovato, o eso espero. Todo esto me recuerda enormemente la obra de L. Wittgenstein, Observaciones a La Rama Dorada (está editado en Tecnos, pero no tengo muchas ganas de buscarlo en la biblioteca; de paso, merece la pena leerlo) al hablar del rey de la lluvia y de la interpretación de Frazer, que no se cuestionó nunca que bailaba precisamente en la época de las lluvias y que el inglés interpretaba como un ritual mágico para causar la lluvia. Los posmodernos -ante los que tengo reparos, pese a lo bien que me cae ese tipo simpático y sin complejos que es G. Vattimo- dirían que no hay realidad fuera de la interpretación. Al fin y al cabo, “al principio era la Palabra” dice el Cuarto Evangelio en el prólogo.
Muchas veces he dicho que no todos vemos lo mismo delante de un cuadro; de la misma forma, tampoco entendemos y sentimos lo mismo con un poema, que como alguien me dijo en una ocasión es un “no-mío mío”. En verdad, los poemas que leemos son también nuestros. Y gracias por escribir.
2 comentarios:
Un "no yo-mio"
EGO.
No hace falta ser muy sagaz para saber que eres una persona culta y bien formada intelectualmente (además de tener una biblioteca considerable). Lo del don de palabra es algo evidente.
Por tus comentarios también deduzco que eres profesor y, probablemente, de literatura o filosofía. Conclusión: tienes más formación académica que yo.
Respecto a la gallina:genial. Intentaré leer a Wittgnstein: me interesa mucho el tema de las interpretaciones del arte (literatura - especilmente poesía-, arquitectura, pintura, escultura, etc..)en cuanto a lo que yo entiendo que tienen de vivencia personal y de espejo del alma o estado de ánimo de cada persona.Por eso me parecen válidas las interpretaciones.
Por último:no sé si quedarme con "no yo-mío" o "no-mío mío". Pienso que tienen lecturas diferentes. Incluso contradictorias.
Espero que sigas escribiendo y poder seguir leyéndote.
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