DOS FRANCESES
Dos mundos: espacio y tiempo
Salgo del puerto
de una complicada sinusitis con temor y temblor, porque los dolores de cabeza
han sido tumbativos [1],
insoportables los de los ojos, y sus tambores
de guerra resuenan aún en éstos y en aquella. No sabía si escribir ya, porque
siempre que me he puesto enfermo leyendo algún libro, he acabado por cogerle
manía; la primera vez me sucedió con la obra de Ramón J. Sender, En la vida
de Ignacio Morell, que fue Premio Planeta, y de la que sólo alcanzo a
recordar una escena de marionetas. Los ecos desaconsejan aventurarse hacia las
tierras de escritura, porque no sólo se hará un poco a regañadientes, sino,
sobre todo, mal y con poco provecho propio, pues los días de nublos empañan la
necesaria capacidad crítica. Sin embargo, aunque estoy en puerto, hay una
diferencia fundamental: me encuentro frente a la mar, estoy en la bocana con la
proa a punto de salir del puerto. Las otras veces fue al revés, así que el riesgo,
supongo, es menor.
He hablado de
estos dos autores en otro momento, y de los dos lo hice desde la admiración.
Hace poco he leído los libros de los que hoy quiero hablar: Patrick Modiano, Barrio perdido, Barcelona, Cabaret Voltaire, 2012 (traducción fantástica
de Adoración Elvira Rodríguez); Pascal Quignard, Las solidaridades misteriosas, Barcelona, Galaxia de Gutenberg-Círculo
de Lectores, 2012 (traducción de Ignacio
Vidal-Folch). Del primero tengo pendiente la lectura de Flores de ruina y Perro de primavera, que se han editado en un solo volumen, pero ya
me he referido a la mala suerte, que me ha enviado una sinusitis y, claro, no
quiero arriesgarme a tomar manía a un autor que se cuenta entre mis
predilectos.

Debo decir que la
segunda novela, Las solidaridades
misteriosas, me ha parecido magistral salvo, es evidente, por la portada de
la edición española que era todo menos una invitación a leerla. Una vez
concluida la novela este pensamiento se afianzó. Debo decir también, si se me
permite, que la traducción es correcta, pero que se han colado algunas
incongruencias [3]. Si Barrio perdido
nos sitúa en el ámbito del tiempo, Las
solidaridades misteriosas lo hace en el del espacio, pues Quignard—en una
línea que recuerda sin duda a Michon, a Duras y a otros autores franceses—nos
hace ver que el espacio es también un gran escultor y que, pese a las
apariencias, es capaz de esculpir el tiempo e incluso de suspenderlo. Los
protagonistas, por decirlo así, se hacen en el espacio en que habitan: Claire,
la traductora, es una con el paisaje salvaje de las costas normadas hasta tal
punto de fundirse poéticamente con él, pues de manera magistral Quignard nos
ofrece descripciones del paisaje que en realidad lo son de los personajes. Con
un aliento poético maravilloso—la primera descripción de Claire, por ejemplo—y una
escritura tallada con una frialdad no carente de espíritu, el autor nos lleva a
ninguna parte, porque el tiempo es algo que ha sido suspendido. Cierto que
aparece el mundo como tiempo en la crisis económica, en los personajes que
llegan de París o acaban en el hospital, pero ese tiempo es sólo el escenario
donde trascurre el espacio, si se me permite hablar así. El título refleja a la
perfección esto: las personas estamos hechas de espacio, allí donde habitan
nuestros recuerdos, pues éste es lo permanente. Claire es capaz de regresar a
su infancia—a su amor imposible, al piano, a su hermano—merced al espacio que
la constituye. La novela contiene—no como reflexión teórica, sino habitando el
espacio que construye—una profunda reflexión teológica, yo diría que de
honda raíz cristiana. Quizás sea una teología
nostálgica. No me refiero sólo a la relación de Paul, el hermano de Claire,
con Jean, sacerdote—una relación abordada con exquisita delicadeza y
comprensión merecedora de mi sincera admiración—, sino sobre todo a esa
búsqueda de una lugar sagrado, el espacio
donde pueda irrumpir el sentido; a veces asoma en la capilla abandonada, a veces
en la soledad de la landa o en el color de la mar, presente y esquiva. Así, el
modo de Quignard de situarse ante el espacio esconde también una pregunta para
cada uno de nosotros.
Reconozco que la
novela de Quignard, cuya estructura descoyuntada la hace aún más interesante,
me atrapó con mayor intensidad y emoción que la de Modiano. Tal vez es mi
mundo. Sin embargo, cualquiera que se acerque a una de estas novelas, mejor a
las dos, no sólo sentirá la emoción física de la lectura, sino que aprenderá,
pues tiempo y espacio no son sino las preguntas en las que habitamos.
J'ai
fait un lapsus en disant « ce soir, je vais voir Patrick Modiano » au lieu de
Pascal Quignard... Existe-t-il un pont entre Modiano et Quignard ?
Peut-être que moi et Modiano avons en commun l'art de la paix ou l'ombre d'une
guerre avec cette ville du Havre détruite par la Seconde Guerre mondiale puis
reconstruite.
Como esto no ha salido bien, no olviden culpar a mi sinusitis; pero ella ¿es yo?
Shalom.
[1] Palabra (no es ningún
palabro) construida sobre el modelo de turbativo.
Me parece magnífica y se la escuché por primera vez hace muchos años al padre
Antonio García del Moral.
[2] Alguien algún día tendrá a
bien explicarme el precio de los libros. Cierto que el papel que se ha usado
para Barrio perdido es bueno, pero
eso no basta para entender el precio del libro. El mismo librero tuvo a bien
vendérmelo me hizo notar el asunto, porque él tampoco comprendía. En fin, la
soledad acompañada es menos soledad.
[3] Como esa mesita de hierro tratada como un objeto
volante no identificado pues se encuentra posada.
Quizás el original francés use el verbo poser,
pero ¿no hubiese sido menos chocante traducir sencillamente por “situada”?
8 comentarios:
don valentìn me podría decir usted algún libro de historia de los cuales me estoy interesando
gracias
Muchas gracias por su recomendación de la novela de Quignard.
Gracias por los comentarios. En cuanto al primer anónimo, no sé quién es usted. Si se pusiera en contacto conmigo por otro medio y me diese alguna pista sobre sus intereses históricos, tal vez desde mi torpeza podría sugerirle alguna lectura.
Gracias por la gran explicacion que me ha dado hoy soy la inquisición, cada dia me sorprendes más. Creo que tendre mucho porvenir con una persona que todo lo que deroche sea inteligencia, ya que no hay pregunta que no sepa responder.Y previo a la pregunta de la palbra "suburbia" la he escuchado en esta cancion: https://www.youtube.com/watch?v=W04Jxad8Tiw
Soy una persona que gracias a usted y sus entradas se ha interesado por la lectura, lo que siempre para mi a sido un puñado de hojas repelente, no sea usted tan modesto ya que usted vale todo lo que sabe y sobre mi interés histórico es posiblemente el militar sobre todo es la parte asiática.
Ademas nos veremos el viernes a primera hora
Ha sido leer la entrada y angustiarme soberanamente por tener que esperar el tiempo que dista desde este momento hasta la lectura de las novelas; espero que no me fallen, confío en su criterio. Gracias.
Publicar un comentario